De la memorabilidad de una clase a la anticipación de un entorno virtual de aprendizaje. Un camino de conocimiento que lleva al recuerdo y a la reflexión.
Tener que identificar una clase memorable me llevó por un recorrido interno que transitó desde el presente más inmediato, hasta momentos dulces de mi infancia y adolescencia. Pasé de pensar en el contenido de las unidades que estoy abordando en estos días junto a los estudiantes, a traer al presente mis juegos "a la maestra", las listas de alumnos con nombres inventados escritos con la letra cursiva redonda y bien trazada de los ocho años, las "planificaciones" de tareas que copiaban aquellos cuadros que prolijamente con regla y escuadra veía hacer a mis maestras, las sensaciones que me quedaron de aquellos "profes" a quienes admiré durante mi paso por las aulas del secundario y la facultad y la maravillosa sensación de aquellas clases en que sentí que había sido "la mejor docente que podía y sabía ser".
Recuerdo aquellas sesiones en que compartir un tema con los estudiantes fue una verdadera experiencia pedagógica significativa porque incorporaron los nuevos conceptos y categorías de análisis con fluidez a su propio vocabulario, porque desarrollaron actividades que contribuyeron tanto a construir saberes como a generar verdaderos grupos de trabajo, porque lograron expresarse sin nervios, vergüenza o temor a equivocarse.
Y ahora, frente al desafío de buscar tales experiencias por medio de entornos virtuales de aprendizaje me encuentro igual de ilusionada y ansiosa que aquellas tardes en que sentaba a mis muñecas para enseñarles que "M" y "A" suenan "MA".
Así la instrucción se concibe no solo como un proceso sino como un sistema de procesos articulados e interrelacionados de análisis, diseño, producción, desarrollo y evaluación de competencias, contenidos, estrategias de enseñanza - aprendizaje y actividades evaluativas para facilitar la adquisición de conocimientos y habilidades.
Por último, pero no por eso menos importante, es preciso tener en cuenta que la tutorización resulta central. Es el acompañamiento que se da a los estudiantes, la motivación que llega en momentos de duda o desesperación, la mano que se tiende para estar presentes a la distancia.
En fin, cuanto más lo pienso y lo estudio más recuerdo las planillas de planificación que realizaban mis maestras con sus biromes de trazo fino, su regla apoyada en la escuadra para dibujar líneas perfectas y sus ojos en nosotros, mirando más allá, pensando en lo que teníamos que aprender, en cómo lograrlo, en lo que nos iba a servir, en cómo nos íbamos a divertir...
Les dejo estos recuerdos y el link con la infografía, que resume, de manera actual, rápida y directa los conceptos que me llevaron del pasado al futuro.
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