lunes, 2 de septiembre de 2019


Examen final.


Llegado el final de este recorrido provechoso, a veces desesperado y siempre intenso, toca hacer balance y tomarnos examen.

Respecto a si he aprendido debo decir que sí. He incorporado nuevos conocimientos y herramientas digitales en ciertos casos muy útiles y en otros no tan aplicables a mi realidad docente. No obstante, lo importante es poder discernir y tomar aquello que no solo se adapta a las circunstancias propias del hecho educativo, sino también a mis características como profesora.

Si me autoevalúo debo decir que he trabajado a conciencia, que me he esforzado en cada paso, que he vencido, al menos en la superficie, mi larga resistencia a las redes sociales uniéndome a Facebook y que he respirado hondo cada vez que una nueva aplicación me pedía que aceptara sus condiciones.... sabiendo que seguramente lo que autorizaba era acceso a mis datos y a mi privacidad. Eso sí, Twitter ha sido mucho pedir... eso no lo he logrado, no he podido suscribirme.

He puesto alma y corazón en cada actividad, he analizado hasta el cansancio mi práctica docente de no profesora, sino de quien trabaja como tal desde su profesión y he descubierto que, si bien había mucho que no sabía, instintivamente venía haciendo las cosas más o menos bien.

Como para prueba basta un botón, aquí les dejo un examen que creo se acerca a la evaluación auténtica, o por lo menos se acerca más que las pruebas que diseñaba antes...



En conclusión, he aprendido, he compartido, mis estudiantes están más motivados y yo me siento más segura como docente: todo un avance.

Pero el examen no es, en este momento, solo de mi actuación y desempeño, sino también de los cursos y de quienes los han llevado a cabo.

En este sentido, en primer lugar, debo destacar la labor de las tutoras que he tenido. Me han acompañado incansablemente, han demostrado que la labor docente es presencia, es consejo, es explicar mil veces sin fatigarse ni molestarse y han puesto en mayúsculas la palabra Profesor.

Respecto a la organización debo decir que no le pondría un diez... hay, en mi opinión, algunas cosas que ajustar y me parece oportuno explicitarlas de cara a una nueva cohorte que comienza.

En primer lugar comentar que, si bien cada participante decide en qué tiempos va a trabajar, las actividades no deberían tener fecha de entrega el domingo o el lunes ya que eso lleva a que se "tenga" que realizar en fin de semana y, salvo decisión propia, el fin de semana es para descansar.

También decir que en ciertas ocasiones las actividades se cargaban en la plataforma de manera desorganizada o muy cerca de la fecha de entrega, lo que dificultaba la planificación de quien debía realizarlas.

Por ultimo comentar que en algún curso la gran cantidad de actividades y de herramientas Tic a utilizar me dificultó la comprensión de los temas propios de esa instancia, ya que mi actividad se centró mucho más en cumplir con las tareas y en aprender a utilizar las herramienta que en apropiarme de los contenidos de ese curso, no pudiendo sintetizarlos de la manera que me hubiera gustado.

Más allá de lo dicho, que se vincula con la autoevaluación y coevaluación propias de esta última etapa, debo decir que estoy muy contenta que desde la Universidad se capacite a su plantel docente, se avance en materia pedagógica y se haga todo a partir de una gran calidad humana.


Aquí un recuerdo nostálgico para los que son de mi generación

¡Hasta la próxima!


viernes, 30 de agosto de 2019

Jugando evalúo, me evalúo jugando.


¡Hola!

Hoy les comparto mi experiencia con un juego on line, desarrollado en clase.

La herramienta que utilicé fue Kahoot, que posibilita realizar trivias y cuestionarios para ser jugados en clase, con la posibilidad de llevar el recuento de puntos al momento y, así, incentivar la competencia entre los estudiantes.



La estética es muy similar a la de los concursos que se ven por televisión, hecho que "engancha" más a los estudiantes y les permite obtener una experiencia diferente, utilizar sus celulares en clase e imbuirse en las posibilidades de la tecnología.



Al realizar el juego luego de explicar un tema nuevo, en este caso una teoría de la administración, la gamificación me permitió, como docente, evaluar mi actuación y determinar qué aspectos de la temática habían sido comprendidas por los estudiantes y cuáles debía reforzar. Asimismo, utilicé Kahoot como parte de la evaluación del tema dado y, aunque expuse tal propósito a los chicos, al comenzar a jugar y competir se olvidaron rápidamente de que estaban siendo evaluados y afrontaron esa instancia con serenidad y entusiasmo.

De esta forma, el juego les permitió reforzar los conocimientos tratados en clase de una manera lúdica y divertida, relajarse mientras eran evaluados y descubrir sus errores y aciertos de manera no traumática ni estresante.

Luego de la partida, volvimos a trabajar sobre un punto de la temática teórica que había presentado resultados bajos en la evaluación gamificada y partimos a casa con la sensación de haber aprovechado el tiempo en el aula.




Como profesora por vocación, encontré en el juego un aliado de mi labor hace ya varios años. Las competencias, dramatizaciones y juegos de roles han sido recursos a los que he recurrido una y otra vez para abordar temas y procesos con contenido denso, complejo o difícil de transmitir solo desde los conceptos.

No obstante, recurrir a la tecnología, a aquellos dispositivos que forman parte de la vida de los estudiantes como pueden ser los celulares, resultó muy provechoso. En este caso particular la conexión a Internet estuvo de nuestro lado... cosa que facilitó la experiencia y que no siempre sucede. Creo que eso también formó parte del éxito de la actividad... jajaja.

Creo que todo lo que pueda agregar, más allá de la gran utilidad que presentan estas herramientas para la enseñanza y, específicamente, para la evaluación, queda en segundo plano frente a las sonrisas y caras de satisfacción de los estudiantes... ellos dicen todo.




Para obtener más retroalimentación por parte de los estudiantes, diseñé una encuesta destinada a conocer sus opiniones respecto a la utilización de Kahoot. Los resultados de la misma son contundentes.










En esta serie de cinco cursos vinculados al uso de las Tic en la enseñanza he conocido muchas herramientas, teorías y estrategias para ser utilizadas en mi práctica docente. Llegada la coda final de este proceso puedo decir que no todas ellas me han resultado útiles, aplicables o han sido aceptadas por los estudiantes. No obstante, la gamificación de los aprendizajes y de la evaluación ha sido el gran aporte que esta instancia de formación me ha dejado y, sin lugar a dudas, herramientas como Kahoot serán las que se queden conmigo en las aulas.

¡Hasta el próximo post!




viernes, 23 de agosto de 2019


¿Qué evaluar?
Giro copernicano para una evaluación justa y sin estrés.



¿Que evalúo cuando evalúo? Esa pregunta, que parece a primera leída una tautología, resulta un verdadero dilema existencial para los docentes.

¿Qué evalúan cuando me evalúan? Es el desvelo de la enorme mayoría de los estudiantes, sea cual sea el nivel educativo por el que transitan.

Luego, diría el filósofo, qué evaluar constituye uno de los grandes temas de la enseñanza que todos los docentes deberíamos abordar de manera sincera y rotunda.

Decidir qué evidencia de aprendizaje se va a tomar en cuenta para fundamentar los juicios y decisiones que llevan a que un alumno apruebe o desapruebe, con la carga de consecuencias que tal decisión tiene principalmente para el estudiante, pero también para el docente, es tarea seria.

Dilucidar qué prueba el aprendizaje de lo que enseño y construir los instrumentos de recolección  que sean válidos y justos, es todo un arte. No es sencillo ni lo uno, ni lo otro. Quienes enseñamos tendemos a creer que todos los contenidos de nuestra asignatura son indispensables, que los estudiantes que recitan elocuentemente los temas dados son los que saben más y pocas veces nos detenemos a pensar qué es verdaderamente necesario que los estudiantes comprendan, conozcan y sean capaces de hacer o aplicar.

Planificar con mimo tareas, prácticos y exámenes que den cuenta de esos indicios, de aquellos aprendizajes que esperamos lograr, es el corazón de la docencia y es también, generalmente, la parte menos trabajada de nuestra labor. Preparamos grandes clases magistrales, nos dedicamos a llenar listados y registros, pero rara vez le damos la misma importancia a determinar qué y cómo vamos a evaluar... eso viene dado por la reglamentación: asignatura con examen final escrito u oral.

¿Sabe más quien transcribe un libro para responder una pregunta pensada en el momento sobre la base de lo que recuerda el profesor de un tribunal examinador o quién puede dar ejemplos, aplicar conocimientos teóricos para resolver un problema y/o realizar producciones creativas y originales vinculadas a un saber dado en clase? Hay mucho que plantear y replantear en esto.

Pero más allá de eso, es indispensable que quienes enseñamos, sobre todo si lo hacemos en equipo, en cátedras, desarrollemos un referente de evaluación y criterios de evaluación. Tales instrumentos no solo sientan las bases para el acuerdo y la uniformidad de miradas entre colegas, sino que también constituyen un mapa invaluable para los estudiantes.

Todos recordamos aquella ocasión en que no teníamos ni idea de cómo resolver una consigna ininteligible, por compleja o por exageradamente amplia, o aquel profesor que tomó ese criterio tan extraño al momento de comentarnos cómo había sido nuestro examen.

Criterios claros, explícitos e incluso construidos en conjunto con los estudiantes, compilados y publicados en rúbricas y guías de evaluación y que estipulen escalas precisas de valoración o calificación, constituyen la segunda gran clave de este tema. Decidir qué se va a evaluar y qué instrumentos se van a utilizar para ello y determinar cómo y qué se va a valorar, son la clave de un proceso de evaluación enriquecedor y tranquilo.

Para que el estudiante aprenda, aplique sus conocimientos y logre certificar sus saberes sin generar en él miedos o impactos negativos de distinta índole, es preciso que la evaluación salga de su guarida secreta que solo conoce y puede penetrar el profesor de manera individual, sin siquiera compartirla con sus compañeros de labor o de cátedra.

Compartir con los estudiantes clara y explícitamente las expectativas de aprendizaje y los criterios de evaluación; definir los niveles de calidad tanto en lo relativo a aprendizajes como a producciones; recolectar evidencias a través del diseño de actividades e instrumentos pertinentes y explicitar cómo se va a calificar constituyen la clave para una evaluación verdadera, satisfactoria y desestresada.

¡Así sea!

lunes, 5 de agosto de 2019


Yo evalúo, tú evalúas, ellos evalúan... nosotros nos evaluamos.



¡Hola, otra vez! 

Me acerco a este blog nuevamente para encarar otro desafío en mi camino por progresar como docente. En este curso reflexionaré sobre evaluación, específicamente sobre cómo evaluar en una propuesta enriquecida con TIC.

Quienes ejercemos la docencia pero no hemos estudiado formalmente para ser docentes trabajamos, generalmente, tanto a partir del proceso de prueba y error como en base a nuestras experiencias como estudiantes, a lo que nos servía, a lo que no queremos repetir. Esto es especialmente cierto para el caso de la evaluación, con su necesidad de objetividad y justicia, con su carga de ansiedad, euforia y frustración y con la idea, omnipresente en los centros educativos, respecto a que se deben adoptar nuevos criterios y a que mucho ha cambiado en el main stream al respecto.

Es por eso que encuentro imprescindible formarme y, en base a la teoría, a las corrientes y a lo que dicen quienes saben mucho sobre este tema, poder tomar mis propias decisiones respecto a cómo evaluar, qué herramientas utilizar, cómo incorporar y aprovechar las TIC en el proceso.

De esta forma no hay otra manera de comenzar que evaluando la propia evaluación... valga la redundancia. ¿Dónde estoy? ¿A qué enfoque respondo? ¿Cómo es verdaderamente la evaluación que realizo con mis estudiantes? ¿En qué enfoque me encuentro posicionada respecto al uso de las TIC en evaluación?

La respuesta no me resulta obvia, ni sencilla. Al leer y releer la teoría me surge solo una imagen: patchwork. Entiendo que de acuerdo al curso, a la temática, a la cantidad de alumnos y de docentes de la asignatura o al momento del proceso educativo adhiero a distintas corrientes.

Debo decir que en ciertos casos o momentos el enfoque conductista está plenamente presente. Mentiría si expusiera lo contrario. Quienes debemos participar de una mesa final oral como miembros de un tribunal examinador encontramos muy difícil escaparnos de medir resultados; calificar en base a cierta reproducción de conocimientos, teorías, conceptos a partir de la que buscamos comprobar aprendizajes conceptuales y en donde el agente evaluador es, por excelencia, el profesor.

Tal instancia puede ser más o menos amena; descalificar brutalmente o tratar de buscar el aprendizaje a partir del error, pero en realidad no deja de ser parte de una mirada conductista.

La cosa cambia durante el cursado, especialmente cuando desarrollo cursos especiales por evaluación continua para alumnos demorados en su egreso. Aquí, si bien no reina en solitario, el enfoque constructivista se hace presente con fuerza.

Con pocos estudiantes, que ya tienen experiencia de trabajo en el campo de estudio y que tienen una motivación arrasadora logro, o al menos intento, integrar la evaluación como una verdadera instancia de aprendizaje.

Propongo actividades para que apliquen tanto los conocimientos teóricos de la asignatura como los que ellos poseen por su propia experiencia en la comunicación social, de la que aprendo un montón; ellos son artífices de su propio camino, buscan información, la aplican, analizan, crean; definimos y re-definimos en conjunto las pautas de evaluación, lo que sirve, lo que no aporta...

Los resultados son, en la mayoría de los casos, asombrosos y me llevan a intentar, cada año con más decisión, introducir esos criterios en el cursado regular. Pero no voy a mentir: se me hace difícil. Es arduo por la enorme cantidad de alumnos y la total carencia de docentes para poder trabajar de verdad con ellos; por lo agotador que me resulta revisar demasiadas actividades, sobre todo si implican mucha elaboración por parte de los estudiantes...

No obstante he avanzado en el establecimiento de criterios claros de evaluación que se relacionen directamente con lo trabajado, en incorporar comentarios de retroalimentación en las correcciones y en utilizar las TIC en la enseñanza y la evaluación. Al escribirlo me doy cuenta... ¡he avanzado un poco!

Respecto a las TIC también debo hacer una confesión vergonzosa: salvo en el caso de los alumnos demorados... tiendo a usarla por su eficiencientización del trabajo a través de guías de lectura, cuestionarios, evaluaciones estructuradas... me cuesta mucho cuando los grupos son numerosos darle un uso diferente. Como digo lo malo, agrego lo positivo: con el grupo de veinte alumnos demorados hacemos blogs, videos, trabajo colaborativo, metacognición... una de cal y otra de arena.

¡Uff! Este post es extenso y todavía me falta comentar respecto al trabajo grupal y a la encuesta.

De la encuesta puedo decir varias cosas, pero me interesa destacar principalmente una: en este tipo de cuestionarios la gente, generalmente, contesta rápido e intenta decir lo que cree que es lo correcto. 

Así la enorme mayoría de los preguntados por el grupo al que pertenezco, las Tikas, no evalúa contenidos de manera exclusiva; se suma a todo lo vinculado a procesos y competencias; escapa de todo lo que le suene conductista; no le interesa calificar y usa colaborativa y constructivamente las TIC para evaluar...

Como se desprende de lo que he reflexionado anteriormente, quizás lo que nos faltó preguntar para saber si las respuestas pueden tomarse como valederas, o si varios de los encuestados pertenecen a la generalidad de quienes te dicen lo que creen es oportuno, es la cantidad de estudiantes con los que trabaja cada docente, ya que en mi caso a más estudiantes más conductismo y a menos estudiantes por docente más constructivismo.

No se si soy muy autoexigente o exageradamente realista... pero parece que soy parte de los pocos que tratan de salir del conductismo y que, por qué no aceptarlo, les resulta difícil, a veces cuestionan aspectos de los nuevos enfoques, no siempre están de acuerdo con todo lo nuevo y, en ciertos casos, se resisten a las TIC y tratan de capacitarse para, críticamente, encontrar en ellas lo que les sirve.

Cambiando el tercio, y buscando finalizar un post que gana medalla de oro por extenso, me refiero al trabajo grupal colaborativo que estamos experimentando. En este tema debo decir que a mí me gusta trabajar con otros, compartir, aprender en conjunto y que estoy disfrutando de una experiencia en la que considero hemos trabajado bien, aunque todavía debemos acostumbrarnos las unas a las otras, terminar de consensuar criterios y profundizar en la aceptación de las ideas y los tiempos de las demás. En definitiva, me encuentro a gusto, hemos cumplido con los objetivos y mis compañeras me han acompañado y apoyado.

Aquí nuestro trabajo colaborativo.

¡Nos seguimos leyendo!

domingo, 9 de junio de 2019

Otra de mapas.

Resultado de imagen para personas armando un mapa

Esta es mi segunda entrada referida a la aplicación My Maps, de Google.

En esta ocasión comento respecto a la posibilidad de colaboración que presenta esta herramienta, que permite que varios usuarios puedan agregar o modificar elementos y capas en los mapas.

Ene este caso colaboré con Ricardo y Augusto. Ellos marcaron en mi mapa la Municipalidad de Mendoza y el Mendoza Plaza Shopping y yo coloqué en los de ellos el Correo Central y el Parque San Martín.

Es maravilloso poder trabajar juntos a la distancia y, con una herramienta verdaderamente sencilla, ubicar no solo lugares, sino también agregar fotos, videos, recorridos en distintos medios de transporte, medir distancias o superficies...

Aquí el link para que vean lo que hicimos.

Saludos!

viernes, 7 de junio de 2019

Mi código QR.


Por primera vez creo un código QR para este curso que tantas herramientas me ha enseñado a utilizar.
Con Unitag lo hice rápido y fácil. Pude personalizarlo e, inclusive, agregar el logo de mi blog.

La verdad, estoy maravillada con lo que puedo hacer con aplicaciones sencillas, tutoriales completos y consignas muy bien redactadas. Solo es seguir paso a paso.

Todo un logro para personas un poquito reacias a la tecnología... como yo!!!!

Felicitaciones a los docentes y tutores de estos cursos porque han logrado sacarme de mi zona de confort... y hasta entusiasmarme con cosas que nunca pensé que me gustaban.

Espero puedan visualizarlo.

Saludos.


QR Code - qr_tic
A este blog entré yo leyendo el código QR de su autor.
https://traficodeexperiencias.blogspot.com/

Mapeando voy, mapeando vengo, vengo... y en el camino, yo me entretengo!!!!

Resultado de imagen para mapa y emoticón cantando

En esta entrada voy a comentarles mi experiencia con My Maps de Google.

Cuando vi la actividad que me proponían en el curso... la verdad es que no me atrajo mucho. Vinculé mentalmente My Maps con el GPS y dije... ¿cómo voy a utilizar esta herramienta con mis alumnos de Teoría del Estado y Políticas de Comunicación?

Si bien aun no dilucido bien cómo aplicarla a mi campo del saber y de la docencia, debo reconocer que me resultó muy entretenido acceder a ella y comenzar a utilizarla.

Tras acceder a mi Drive, ingresé a My Maps y, siguiendo un completo tutorial, pude encontrar sin dificultad la Ciudad de Mendoza, marcar con íconos de palmeras moradas las cinco plazas principales de ella y guardar todos los cambios realizados en una capa del mapa.

Debo confesar que alguna dificultad se me presentó para cumplir la consigna que pedía armar un recorrido, ya que ni el mouse, ni la pantalla táctil parecían querer hacer caso a mis dedos... y se generaban recorridos ridículos que se apartaban por mucho del que yo quería lograr.

Al lograr trazar el recorrido deseado, obtuve la distancia implicada en el mismo. Todo ello accediendo a una sencilla barra de herramientas contenida en la parte superior de la pantalla.

Actividad recreativa, lúdica y divertida.


lunes, 3 de junio de 2019

Íconos icónicos y memes memorables.


Nuevo curso, nuevas entradas a este blog.

Esta etapa viene divertida, cargadita de creatividad... que no es especialmente lo mío (para muestra este iconito...), aunque me encanta intentar ser más... ingeniosa.







Aprendiendo sobre imágenes, fotos, collages y mejoras en grabaciones de audios me siento como pato en el agua... bueno quizás es mucho, a lo mejor es más apropiado decir como niña chapoteando en un charquito. Pero lo importante es que me gusta lo que estamos haciendo y que me motiva a aprender y a probar cosas nuevas.



Llegada la actividad propia de este módulo, aplico esas "destrezas" a un práctico para mis queridos alumnos del Plan Futuros Egresados.

Trabajamos la unidad de democracia, pero nos acercamos a la más rabiosa actualidad y nos hacemos eco del concepto de democracia continua, que hace referencia a las características de la democracia representativa tal y como se ejerce hoy en día: mediada por las redes sociales, con manifestaciones que se convocan por Facebook, políticos que nos mandan mensajes a nuestro celular, programas de radio y TV que nos preguntan en vivo y en directo lo que pensamos sobre tal o cual tema y sondeos de opinión que nos miran como si fuéramos microbios bajo un microscopio buscando saber lo que necesitamos, lo que demandamos, lo que nos atrae...

En un curso semi-presencial como el que propongo es fundamental que los materiales que llegan a los estudiantes a través del aula virtual sean atractivos y que las actividades propuestas los motiven, más si se trata de adultos que retomado la carrera cuando trabajan largas horas, cuidan hijos y cargan la frustración de su demorado egreso.

Es por eso que he creado íconos para ilustrar el aula virtual, los textos y las actividades; que he armado memes para alegrar las horas de estudio y que propongo actividades como crear un audio en el que comenten alguna experiencia como ciudadanos de esta democracia continua en clave graciosa o de humor.

En fin, este módulo me ha resultado no solo útil, sino también desafiante y divertido... ¡qué más puedo pedir!


Les dejo el link a mi actividad, memes e íconos.



¡Nos leemos pronto!

martes, 14 de mayo de 2019



Cuando DIIGO PLE y FEEDLY y yo me entiendo


Aquí estoy otra vez compartiendo la información y los conocimientos obtenidos de mis cursos de formación docente y tecnologías.

Hoy comento sobre mi PLE, es decir, sobre mi Entorno Personal de Aprendizaje y sobre dos sitios que estoy experimentando para incrementarlo, organizarlo y compartir lo que aprendo.

Pero como todo lo que está bien hecho comienza por el principio, primero voy a decir que un Entorno Personal de Aprendizaje es, de acuerdo a lo publicado por J. Adell y L. Castañeda "el conjunto de herramientas, fuentes de información, conexiones y actividades que cada persona utiliza de forma asidua para aprender".

En el PLE cada uno de nosotros hace (o debería hacer) tres cosa: leer, reflexionar y compartir. Por leer, se entiende realizar una lectura multimedia, o sea, no solo leer libros y artículos, sino también ver videos, leer un newsletter, etc. Por reflexionar se comprende que no se actúa solamente de manera individual, hacia adentro, sino que también es interesante realizar actividades tales como mapas mentales o podcasts. Por compartir, se hace referencia a intercambiar información y saber (propio o ajeno) a través de múltiples medios y plataformas (Twitter, diversos marcadores sociales, etc.).

Para ponerme a tono con este concepto y la manera que propone de aprender, descargué y utilicé dos herramientas: Feedly, un agregador RSS o aplicación lectora de feed, que gestiona y me informa de actualizaciones en las publicaciones de los sitios que quiero seguir, y Diigo un Marcador Social que me permite almacenar, clasificar y compartir enlaces de Internet.

La verdad es que descargar sus versiones gratuitas y comenzar a utilizarlos no me resultó para nada complicado, aunque todavía es muy pronto para poder comentar si verdaderamente me resultan útiles... espero que así sea, luego que pase el entusiasmo inicial.

Respecto a Feedly debo comentar que el proceso de instalación es muy rápido y que, tras registrarme con mi cuenta de correo de Google y establecer una contraseña, ya pude comenzar a agregar páginas solo cliqueando en add content y buscando en la web el link correspondiente a la publicación.

Lo primero que incorporé fueron tres blogs de compañeros de este curso que me resultan muy interesantes, el de Mariana porque tiene una mirada creativa contrastante con la mía; el de Gabi porque generé empatía con ella y porque me parece muy interesante la asignatura en que trabaja y el de Ale porque es súper detallista.

También decidí que Feedly me informe de las actualizaciones de un par de revistas que resultan esenciales para una de las asignaturas en que trabajo, Teoría del Estado y Políticas de Comunicación.

Aquí comparto una captura de pantalla de mi Feedly.



Luego de experimentar con Feedly, decidí descargar e instalar Diigo, un Marcador Social que me permite guardar, etiquetar, resaltar, organizar y compartir textos, artículos y, en general, enlaces de Internet. Es una herramienta realmente útil ya que antes de instalarla debía descargar los artículos, libros y demás información que buscaba en Internet, guardarla en carpetas, seleccionar lo que quería tener en la compu y lo que guardaba en la nube... y cuando buscaba algo rara vez recordaba cómo o dónde lo había guardado.

El proceso para instalar esta aplicación fue muy similar al que anteriormente les comenté. Me registré a través de mi cuenta de correo de GMail, introduje una contraseña, incorporé a Diigo a mi barra de herramientas de Chrome y comencé a buscar material en Internet y a guardarlo usando ese loguito con la D.

Una aclaración que debo hacer, porque me ocurrió, es que al principio pensaba que los enlaces no se guardaban, pero lo que sucedía es que tardan un ratito en cargarse.

Aquí mi captura de pantalla de Diigo.


¡Lo único que no me gusta de estas herramientas es que me recuerdan constantemente que estoy atrasada con lo que quiero leer!

sábado, 4 de mayo de 2019

Un giro, una cabriola y un mortal sin red.



Este curso DADE, en el que estoy comenzando a aprender cómo trabajar desde entornos virtuales, ha sido todo un desafío. Me ha llevado a transformar toda una asignatura, a verla desde otros ángulos, a cambiar mi manera de trabajar como docente... de manera radical.

No obstante, con altos y bajos; con errores y aciertos; con inseguridades y temores, creo que he ido avanzando y, estoy segura, que todo el proceso ha redundado en un trabajo consistente en el que he podido comenzar a plasmar el objetivo que tengo para hacer esta capacitación: conformar un aula virtual para trabajar de manera semi-presencial con mis estudiantes preferidos, con mis queridos adultos que buscan incansablemente cumplir el sueño de recibirse.

Para comenzar a cercarme a esa gran meta, en base a la planificación inversa, he cambiado la manera de plantear la asignatura. He partido de las competencias que se esperan para un licenciado en comunicación social, he planteado los grandes resultados de aprendizaje que se promueven desde la materia, he pensado criterios de evaluación que se ajusten a los mismos y actividades que los concreten... toda una cabriola, un salto mortal sin red. Desafiante, enriquecedor, difícil y atemorizante.

De las cinco unidades agrupadas en tres ejes temáticos y desagregadas en contenidos, he pasado a cinco preguntas complejas, que sintetizan las grandes ideas que centran la atención de la materia y estructuran los contenidos de una manera nueva, que creo más acorde a la modalidad semi-presencial que busco estructurar.

A partir de ellas he planteado una asignatura desarrollada a partir de lineamientos que se acercan a la clase invertida y, sobre todo, que se centra en clases memorables (o que intentan serlo), que ayudan de mejor manera a los estudiantes no solo a aprehender contenidos, herramientas y criterios, sino que se relacionan mucho más con otros objetivos propios de este grupo especial de Futuros Egresados que tienen que ver con volver a acercarlos a la facultad, que generen nuevos vínculos, que rearmen sus grupos de estudio y pertenencia en la institución y, también, que los contenidos de la asignatura se relacionen más cercanamente a sus intereses, habilidades y actividad laboral.

Así ahora partimos de las siguientes preguntas para abordar el campo de la Teoría del Estado y las Políticas de Comunicación:
  • ¿Quién regula las comunicaciones? Para tratar la problemática del Estado, el gobierno, la administración pública y los lineamientos ideológicos necesarios para responder tal cuestión. Como actividad central se propone la realización de una pieza periodística que se plantee a partir de los conceptos y categorías de análisis trabajadas.
  • ¿Cómo se selecciona a quien regula las comunicaciones? Disparador para abordar la democracia y su esencial vinculación con la opinión pública, los medios de comunicación y la comunicación política. Como actividad destacada se propone un juego que pone en acción mecanismos de decisión.
  • ¿Qué es regular? A partir de esta pregunta se trabaja no solo el concepto de regulación, sino también sus niveles: teorías normativas, políticas de comunicación, regulación comunicacional concreta y autorregulación. La actividad central es el análisis de casos.
  • ¿Para qué se regulan las comunicaciones? Incorporando a los estudiantes en la conceptualización y abordaje crítico de los principales problemas regulatorios actuales. La actividad que centra la atención aquí es el debate respecto a regulaciones concretas.
  • ¿Qué y cómo se regula en Argentina? Para tratar la historia de la regulación de comunicaciones en el país. Se trabaja con una línea de tiempo y el análisis ciego de medidas regulatorias buscando su identificación con un período ideológico y de gobierno.
Como actividad de integración se les propone a los estudiantes la edición de un video que ellos han ido grabando para cada pregunta (eje) como metacognición.

¡Todo un cambio del viejo programa con contenidos y bibliografía!
¡Soy toda una acróbata de la enseñanza!

Les comparto el link al mapa mental y el link a la infografía con la que promuevo la inscripción al espacio curricular y explico la forma de trabajo.

Espero les guste.






martes, 23 de abril de 2019

Me dijeron que en el Reino del Revés...


Continuando con el post anterior, hoy aplico la metodología de planificación inversa para comenzar a crear el aula virtual para los estudiantes de Futuros Egresados, para acompañarlos en el cursado semi-presencial que diseñamos especialmente para quienes retoman sus estudios después de mucho tiempo y se encuentran como primera asignatura con Teoría del Estado y Políticas de Comunicación.

¿Me resultó difícil? ¿Me resultó sencillo? No se... creo que ni lo uno, ni lo otro.

Es una manera diferente de plantear el trabajo, más centrada en cómo se pueden lograr los resultados de aprendizaje que en los temas que se debe abordar. Es un ejercicio, un mirar las cosas desde otra perspectiva, que siempre resulta enriquecedor.

A mí me ha resultado útil para plantearme qué buscamos desde el espacio curricular en general y para el Plan Futuros Egresados en particular, para pensar cómo lograr tales resultados de aprendizaje, para centrar los esfuerzos en cómo desarrollar esos procesos de la mejor manera, para mirar más allá y plantear lo social como un resultado de aprendizaje fundamental, tan importante como los contenidos y su apropiación.

La planificación inversa me parece genial y, si no lo he hecho mal (lo que es probable), relativamente fácil y hasta... natural.

La voy a aplicar de aquí en adelante.

Les dejo el podcast de presentación.



jueves, 18 de abril de 2019


Ayudando a alcanzar grandes metas a partir de la virtualidad.



Armar un espacio virtual de aprendizaje especialmente diseñado para acompañar a estudiantes del Programa Futuros Egresados en la cursada semipresencial por evaluación continua que les proponemos desde la cátedra Teoría del Estado y Políticas de Comunicación, de la carrera de Comunicación Social, es un importante objetivo que me he planteado hace ya un tiempo.

Es, en parte, por eso por lo que me inscribí en este espacio formativo: para aprender y poder, en el segundo semestre, vincular a la cátedra con los estudiantes, y a ellos entre sí, a través de un espacio de enseñanza virtual efectivo.

El modelo ADDIE y su primera fase de Análisis me permiten comenzar a pensar seriamente en dicho espacio, reflexionando acerca de las características específicas de los estudiantes; los recursos necesarios y disponibles; el entorno y los medios a utilizar; el tiempo y los resultados de aprendizaje a que apuntamos.

En este sentido, me resulta muy sencillo identificar las principales características, fortalezas y necesidades de los estudiantes, ya que hace varios años que estoy muy unida a este Programa y me he encariñado y comprometido con cada uno de los estudiantes con los que he compartido.

Son adultos, de más de 25 años, que debido a diferentes situaciones, una enfermedad; haber comenzado a trabajar a tiempo completo; haber formado una familia; haber tenido una o varias malas experiencias en la Facultad, etc. han demorado su egreso, se han alejado durante un tiempo de sus estudios o han dejado los mismos, pero hoy deciden retomar su carrera al faltarles menos de 5 materias para finalizarla.

Los docentes que trabajamos en asignaturas del tramo final de la carrera nos hemos reunido con el Servicio de Apoyo y Orientación al Estudiante para acompañarlos y, cada uno a su manera y en base a sus posibilidades, ayudarlos a cumplir su gran objetivo: recibirse.

Estos estudiantes ha perdido y han ganado cosas en su impase. Han perdido compañeros de estudio; ritmo; confianza. Han ganado experiencia laboral; habilidades de organización y de aprovechamiento del tiempo y capacidad de esfuerzo.

Es por eso que los docentes tenemos que ayudarlos guiándolos; generando instancias de encuentro para que establezcan nuevos vínculos; secuenciando el proceso de estudio; escuchándolos y diseñando actividades didácticas que aprovechen su experiencia laboral y sus conocimientos y que sean posibles de llevar a cabo para quienes trabajan largas horas y/o tienen familia.

Por tales razones acompañar la cursada quincenal con un espacio virtual de aprendizaje resulta fundamental y motivante, ya que se vincula con los intereses y las habilidades tecnológicas y en redes sociales que poseen estudiantes avanzados de comunicación social.

En cuanto a los recursos necesarios, por experiencia conozco que los estudiantes disponen en general de teléfono celular o notebook, que pueden acceder en su casa, muchas veces en el trabajo y siempre en la Facultad a conexión a Internet y que muchos de ellos pueden usar los recursos tecnológicos de sus ámbitos laborales que cuentan con aplicaciones para grabar voz e imagen; para editar textos en diversos formatos; para editar videos, etc.

Asimismo la Facultad pone a disposición la plataforma UNCU Virtual que, si bien presenta limitaciones, puede utilizarse en las primeras experiencias.

Todo lo anterior hace no solo posible, sino necesario pensar en un aula virtual y actividades creativas, que ayuden a construir vínculos sociales y que permitan aplicar atractivamente los conocimientos a través de actividades que entusiasmen a los estudiantes y los impulsen a avanzar.

Si bien a futuro considero la posibilidad de elaborar actividades virtuales para la totalidad del programa, ayudando a completar las 75hs cátedra que debe implicar la asignatura, en un principio trabajaré en la unidad 1.

De esta forma los resultados de aprendizaje esperados se vinculan tanto con que los estudiantes aprendan los contenidos de la asignatura y puedan aprobarla al culminar el cuatrimestre, como con reforzar su autoestima; generar grupos de estudio y recuperar hábitos cognitivos que les permitan alcanzar su objetivo: terminar la carrera.

De manera gráfica el análisis puede sintetizarse de la siguiente manera.

Aquí el link de mi elevator pitch.



martes, 16 de abril de 2019

Innovo, luego existo.




Mis primeras reflexiones al leer mi clase memorable enriquecida fueron las siguientes.

"¡No me alcanza mi dedicación horaria para abordar las clases de esta manera... ni el cuatrimestre!"
"¡La cátedra atiende 120 estudiantes por cuatrimestre... y solo somos dos docentes!"
"¡No importa cuánta sea mi vocación y dedicación... no tendría vida!"
"Aunque actúe con la mayor motivación y entusiasmo... ¿lograré aplicar todas las teorías e innovaciones?"

Luego de enfrascarme en tales ideas negativas, que no son erradas, ni niegan la realidad, sino que son solo negativas, pasé a la etapa de positividad crítica.

Como cientista social estoy entrenada para reflexionar críticamente. Es parte del paquete y te programan durante la etapa estudiantil para hacerlo siempre y en cada ámbito. Por eso hoy lo pongo en práctica en esta entrada del blog.

Es cierto que sería prácticamente imposible abordar desde todas las teorías del aprendizaje y desde las miradas didácticas más activas y participativas cada clase, cada tema, cada unidad. Pero no es prácticamente imposible tratar de aplicar la teoría más adecuada y el enfoque didáctico más acorde a cada tema, buscando cierta variedad y mayor creatividad, que redunden en aprendizajes más efectivos y significativos para los estudiantes.

También es verdad que a lo anterior hay que hacerlo con criterio... y sentido crítico. Si por experimentar con las metodologías, teorías e instrumentos tecnológicos más actuales y variados se van a poder abordar solo unas pocas unidades del programa, o si se va a hacer más foco en las herramientas que en los contenidos, no creo que sea oportuno apartarse tanto, tanto, tanto de lo clásico y probado (o sea de los contenidos, la recepción y, en fin, el conductismo con cierta mirada de aprendizaje significativo y actividades prácticas divertidas y efectivas, bah... la mediación docente de toda la vida). Demonizar lo tradicional no sirve de nada, así como abrazar acríticamente lo más novedoso tampoco.

Además considero que, si bien me parecen muy útiles y necesarias las herramientas virtuales y las redes sociales, a veces nos podemos pasar y afectar el proceso cognitivo de los estudiantes llenándolos de foros, participación en redes, aplicación de herramientas para sintetizar información (que a veces se hace mejor con lápiz y papel), etc.

De esta forma, crítica va, crítica viene, llego a la conclusión que innovar es totalmente necesario y posible; adecuar nuestra labor a los estudiantes y su realidad, también; conocer y saber aplicar la totalidad de teorías del aprendizaje y enfoques didácticos, indispensable. Pero con criterio, con un plan, con mesura y, sobre todo, apuntando al aprendizaje.

Toda clase puede ser poderosa si se plantea desde el conocimiento disciplinar; desde el respeto a los estudiantes; desde la ilusión docente; desde la empatía; desde la simpatía; desde la no rutina, en fin...

Mi clase revisada tiene algo de ese criterio que propongo, pero también algo de incorporar teorías y enfoques didácticos a todo vapor... pero eso está bien para esta ocasión, para ver cómo los pondríamos en juego y si los podemos utilizar. A la pregunta de si es verdaderamente aplicable... no estoy muy segura de qué respuesta dar... espero que sí.



Aquí el link donde encuentran todo el análisis realizado.









viernes, 12 de abril de 2019

Cuando las nubes no son de tormenta... sino de conocimientos y felicidad.


Aunque al releer respecto a teorías de aprendizaje y enfoques metodológico-didácticos me di cuenta (otra vez) que me cuesta incorporar ideas y prácticas novedosas que me acerquen más a los "trendig topics" de la enseñanza, en este caso no me sentí frustrada o desalentada. Todo lo contrario, me di cuenta que avanzo a pasitos cortos, pero firmes.

Entiendo que sería poco realista esperar que, tras un par de procesos formativos, sea capaz de cambiar completamente la forma en la que desempeño mi labor docente desde hace varios años, agregando a mis clases y aulas virtuales todas las herramientas aprendidas, una perspectiva basada enteramente en un posicionamiento pedagógico centrado en el constructivismo y el conectivismo que se manifieste en un aprendizaje totalmente posicionado en el descubrimiento y las actividades.

No obstante, sí observo que he ido apropiando algunas de las herramientas aprendidas y que mi actividad como profesora incluye pinceladas de las corrientes más actuales que, de a poco, me alejan de procesos más parecidos a los que viví como estudiante y me acercan a la docente que busco y quiero ser.

No creo que estas reflexiones impliquen conformarme. Eso es algo en lo que he estado pensando mucho durante este módulo y he llegado a la conclusión que, de acuerdo al saber popular, chi va piano, va sano e va lontano...

Es por eso que mi nube busca expresar mi estado de ánimo respecto a este proceso y, aunque mirándola con sentido crítico tiene muuuuuchas palabras y eso la torna un tanto confusa (lo tendré en cuenta la próxima vez), me gusta.

Aquí mi enorme y feliz nube de palabras.





domingo, 7 de abril de 2019

De la memorabilidad de una clase a la anticipación de un entorno virtual de aprendizaje. Un camino de conocimiento que lleva al recuerdo y a la reflexión.


Tener que identificar una clase memorable me llevó por un recorrido interno que transitó desde el presente más inmediato, hasta momentos dulces de mi infancia y adolescencia. Pasé de pensar en el contenido de las unidades que estoy abordando en estos días junto a los estudiantes, a traer al presente mis juegos "a la maestra", las listas de alumnos con nombres inventados escritos con la letra cursiva redonda y bien trazada de los ocho años, las "planificaciones" de tareas que copiaban aquellos cuadros que prolijamente con regla y escuadra veía hacer a mis maestras, las sensaciones que me quedaron de aquellos "profes" a quienes admiré durante mi paso por las aulas del secundario y la facultad y la maravillosa sensación de aquellas clases en que sentí que había sido "la mejor docente que podía y sabía ser".

Recuerdo aquellas sesiones en que compartir un tema con los estudiantes fue una verdadera experiencia pedagógica significativa porque incorporaron los nuevos conceptos y categorías de análisis con fluidez a su propio vocabulario, porque desarrollaron actividades que contribuyeron tanto a construir saberes como a generar verdaderos grupos de trabajo, porque lograron expresarse sin nervios, vergüenza o temor a equivocarse.

Y ahora, frente al desafío de buscar tales experiencias por medio de entornos virtuales de aprendizaje me encuentro igual de ilusionada y ansiosa que aquellas tardes en que sentaba a mis muñecas para enseñarles que "M" y "A" suenan "MA".

Resultado de imagen para niña jugando a la maestra dibujoEntiendo que este entorno debe combinar y organizar aquellos elementos necesarios para lograr procesos de enseñanza - aprendizaje eficaces y de calidad, lo que se consigue articulando los elementos materiales y aspectos subjetivos implicados en esta experiencia.

Así la instrucción se concibe no solo como un proceso sino como un sistema de procesos articulados e interrelacionados de análisis, diseño, producción, desarrollo y evaluación de competencias, contenidos, estrategias de enseñanza - aprendizaje y actividades evaluativas para facilitar la adquisición de conocimientos y habilidades.

Resultado de imagen para dibujo mujer computadoraEn este sentido es imprescindible desarrollar un adecuado análisis de los componentes de ese diseño instruccional, es decir, intentar conocer lo más fehacientemente posible a los estudiantes a los que va destinado; establecer claramente los resultados a los que se pretende arribar; identificar, secuenciar y organizar los contenidos oportunos y significativos; diseñar cuidadosamente las actividades a realizar; generar las tareas didácticas digitales que resulten apropiadas y motivantes; determinar las formas de comunicación; establecer los modos y criterios de evaluación que se adecuen al proceso desarrollado y ser cuidadosos y realistas en cuanto a los tiempos requeridos, los esfuerzos a realizar, los espacios en que todo se va a poner en práctica y la carga de trabajo que se va a proponer.

Por último, pero no por eso menos importante, es preciso tener en cuenta que la tutorización resulta central. Es el acompañamiento que se da a los estudiantes, la motivación que llega en momentos de duda o desesperación, la mano que se tiende para estar presentes a la distancia.

En fin, cuanto más lo pienso y lo estudio más recuerdo las planillas de planificación que realizaban mis maestras con sus biromes de trazo fino, su regla apoyada en la escuadra para dibujar líneas perfectas y sus ojos en nosotros, mirando más allá, pensando en lo que teníamos que aprender, en cómo lograrlo, en lo que nos iba a servir, en cómo nos íbamos a divertir...

Les dejo estos recuerdos y el link con la infografía, que resume, de manera actual, rápida y directa los conceptos que me llevaron del pasado al futuro.